POEMAS IBÉRICOS (81) TRES POEMAS DE CONCHA ORTEGA
Concepción Ortega
Casado (Sevilla 1943) es Profesora de Dibujo de IES, Pintora y poeta.
Es coautora de los
poemarios: Hexaedro, Los anales diáfanos del viento, Retos poéticos y El
tiempo retenido, y autora de El Lugar de las dudas, La ausencia que me habita,
La cometa indiscreta y Ecos espirituales. Sus sonetos han sido
recogidos en diversas revistas literarias como Piedra de Molino,
Ánfora Nova, Dos orillas y Poesía y Métrica de la Universidad de Chile
y la Universidad Autónoma de Madrid, así como en numerosas antologías. Es
Académica Correspondiente de la Real Academia de Ciencias, Nobles Artes y
Bellas Letras de Córdoba, de la Real Academia de Bellas Artes, “Santa Isabel
de Hungría” de Sevilla y de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera y
Académica Numeraria de la Real Academia de Ciencias, BBAA y Buenas Letras de
Écija “Luis Vélez de Guevara” de la que ha sido presidenta durante
diecinueve años. Primer Premio del Certamen Nacional de poesía Santa Teresa de
Jesús en 2017. Pertenece a la Asociación Colegial de Escritores de España y sus
poemas están recogido en la Fonoteca Nacional. Sus sonetos han sido recitados
en Canal Sur Radio por Antonio García Barbeito y, por José Luis Rico en “Señales
para cruzar el laberinto”.
Y todo será olvido Silva
Un olvido seré cuando me vaya,
apenas un sonido imperceptible,
una mota de polvo en la muralla,
una gota invisible.
Ni un oscuro sollozo,
ni una nostalgia triste,
ni un mísero gemido,
ni un sentimiento roto y conmovido
dejaré en mi partida;
nada será la vida
vivida hasta la cumbre y ya vencida.
Pero cuánto luché, cuánta batalla,
cuánto amor, cuánto gozo, cuánta pena,
y qué triste condena
al final del sendero;
si cultivé las rosas con esmero,
¿por qué fueron espinas, tan punzantes,
las que pusieron fin con desafuero?
***
Serei
esquecido quando partir,
apenas um som
impercetível,
uma partícula
de pó numa parede,
uma gota
invisível.
Nem um
obscuro soluço,
nem uma
triste nostalgia,
nem um mísero
gemido,
nem um
sentimento rasgado e comovido
deixarei na
minha partida;
nada restará
da vida vivida até ao topo e já vencida.
No entanto
quanto lutei, quantas batalhas,
quanto amor,
quanto prazer, quanta dor,
e que triste castigo
no fim do
caminho;
se cultivei
rosas com tanto esmero,
porque foram
espinhos, tão aguçados,
os que me
impuseram um fim tão ultrajante?
Sabor a
membrillos
Naces en la espesura de un huerto
silencioso
donde se oyen regueros de acequias y de
fuentes
y el agua cantarina
con sus ecos fluyentes
renueva dulces frutos de tacto
delicioso.
Vuelves en el otoño con color luminoso
llenando las estancias de aromas
envolventes,
ebriedad en los ojos, fulgores
sugerentes,
y una dulce aspereza con sabor generoso.
Gustar tu ácida carne es gustar tu
riqueza
y dejar que la boca se inunde de
alegría;
un festín de sabores, una grata certeza
de apresar el otoño con su melancolía.
Pomo de sensaciones, cáliz de sutileza
y un septiembre que enciende toda su lozanía.
***
Nasces no íntimo de uma horta
silenciosa
onde se ouvem regueiras de rega e de
fontes
e a água cantando com os seus ecos fluentes
renova frutos doces de toque delicioso.
Regressas no outono com uma cor
luminosa
enchendo o ambiente de aromas
envolventes,
ebriedade nos olhos, fulgores
sugestivos,
e uma suave aspereza de sabor generoso.
Provar da tua carne azeda é degustar da
tua riqueza
e deixar que a boca se inunde de
alegria;
um festim de sabores, uma grata certeza
de apressar o outono e a sua
melancolia.
Pomo de sensações, cálice subtil
de um setembro que incendeia toda a sua
exuberância.
Soplos de brisa en Isla Canela
Sopla la brisa fresca
de Poniente
mientras el mar se
viste de platino,
mientras el sol se esconde,
mortecino,
como triste balada
transparente.
Es el mar invadiendo
vagamente
este sopor de siesta
vespertino,
este canto salado
repentino,
este paisaje rosa y
sonriente.
Y esas olas saladas en
la orilla
dejaron mil encajes
primorosos,
tejidos con calmados
movimientos.
Y la brisa apacible,
maravilla
de veranos marinos
deliciosos,
despertó mis dormidos sentimientos.
Sopros da brisa na Ilha
Canela
Sopra a brisa fresca do
Ponente
enquanto o mar se veste
de platina,
enquanto o sol se
esconde, desmaiado,
como triste balada
transparente.
É o mar invadindo
devagar
esta sonolência de
sesta vespertina,
este súbito canto
salgado,
esta paisagem rósea e
sorridente.
E essas ondas salgadas
na Praia
deixaram mil rendas
primorosas,
tecidos ondulando suavemente.
E a brisa gentil,
maravilha
de verões marinhos
deliciosos,
despertou os meus
sentimentos adormecidos.
©
Traducción de Vítor Gil Cardeira, Abril, 2025
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